En una época en la que las prácticas espirituales y místicas son cada vez más comunes, resulta esencial discernir lo que se ajusta a las enseñanzas bíblicas y lo que se desvía hacia el ocultismo. Aunque la Biblia nos instruye para que nos mantengamos alejados de las prácticas ocultas, no siempre define claramente lo que implican estas prácticas, de ahí la necesidad de un reconocimiento y una comprensión claros. Este artículo, por tanto, pretende explorar los signos sutiles de las prácticas ocultas, ayudándonos a protegernos de ellas y a mantenernos fieles a nuestra fe.
Advertencias bíblicas contra el ocultismo
Una mirada aguda a la Biblia revela severas advertencias contra las prácticas ocultas. En el Antiguo Testamento, Dios expresó Su clara postura sobre estas actividades, aconsejando a Su pueblo, los israelitas, que se mantuvieran alejados de ellas. Por ejemplo, en el Deuteronomio se prohíbe la adivinación, la hechicería, la interpretación de presagios, la brujería, el lanzamiento de hechizos, la consulta a espíritus y la búsqueda de oráculos de los muertos (Deuteronomio 18:10-12).
La advertencia contra estas prácticas indica que Dios comprende los peligros espirituales que entrañan. Estas prácticas abren puertas a reinos espirituales que no son de Dios, y pueden desviarnos de la verdad del Evangelio. Las prácticas ocultas se consideran detestables para Dios y contrarias a Su carácter, pues dependen de otras fuentes espirituales en lugar de confiar en Él.
Dios advierte a los israelitas de los peligros potenciales a los que podrían enfrentarse en su viaje hacia la Tierra Prometida. Entre ellos estaba la tentación de seguir las prácticas espirituales de las naciones que encontrarían, prácticas que a menudo incluían aspectos del ocultismo (Levítico 19:31). Se nos anima a desconfiar de estas prácticas para proteger nuestra relación con Dios.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo subraya la misma advertencia a la Iglesia primitiva. Pide a los fieles que se vistan con toda la armadura de Dios para resistir las asechanzas del diablo, que pueden presentarse de muchas formas, incluidas las prácticas ocultas (Efesios 6:11-12). La esencia de esta armadura es la verdad, la justicia, la prontitud del Evangelio, la fe, la salvación y la palabra de Dios.
El libro de los Hechos relata una interesante historia en la que Pablo, mediante el poder de Dios, expulsa un espíritu de adivinación de una esclava (Hch 16:16-18). Esta acción subraya la postura del Nuevo Testamento contra el ocultismo, demostrando que el poder de Dios es superior a estas prácticas y puede liberar a quienes han sido atrapados por ellas.
La Biblia también revela que no todos los poderes o fenómenos espirituales proceden de Dios. El apóstol Juan, por ejemplo, nos insta a probar a los espíritus para determinar si proceden de Dios (1 Juan 4:1). Esta instrucción se da en el contexto del discernimiento de los falsos profetas, pero se aplica a la gama más amplia de experiencias espirituales que podemos encontrar, incluidas las relacionadas con el ocultismo.
La Biblia envía claras advertencias contra las prácticas ocultas. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento advierten a los creyentes sobre estas prácticas y sus posibles peligros espirituales. Dios advierte a los israelitas contra la participación en tales actividades, y esta advertencia se extiende también a nosotros. El Nuevo Testamento sigue destacando la necesidad de discernimiento y protección contra lo oculto, instando a los creyentes a que se vistan con toda la armadura de Dios y a que prueben a los espíritus para ver si proceden de Dios. La Biblia promueve la confianza en Dios y en Su poder por encima de cualquier otra fuente espiritual.
Cómo reconocer los signos de las prácticas ocultistas
Una señal clave asociada a menudo con el ocultismo es la adivinación. La adivinación implica buscar conocimiento o guía de fuentes sobrenaturales, algo desaconsejado en Proverbios (Proverbios 3:5-6). Las prácticas ocultistas suelen hacer mucho hincapié en el poder del individuo y en la iluminación personal, lo que contrasta con el enfoque de la fe cristiana en la soberanía y la autoridad de Dios. Esto se demuestra a menudo en la práctica de la brujería, cuyo objetivo es controlar las fuerzas espirituales para obtener beneficios personales. Tal enfoque es incompatible con las enseñanzas de la Biblia, que promueven la sumisión a la voluntad de Dios y la confianza en Su providencia (Santiago 4:7).
Otro signo de ocultismo es una preocupación excesiva por lo sobrenatural, sobre todo en formas que no concuerdan con la Biblia. Esto puede incluir la fascinación por los fantasmas, los espíritus o los muertos. En el Deuteronomio se advierte explícitamente contra la comunicación con los espíritus, la nigromancia (Deuteronomio 18:11).
El uso de símbolos, rituales y artefactos que no tienen base en la Biblia puede indicar prácticas ocultistas. Puede tratarse de pentagramas, bolas de cristal, cartas del tarot o runas, ninguno de los cuales encuentra respaldo en la fe cristiana. En cambio, nuestra fe nos llama a adorar en espíritu y en verdad, no mediante rituales simbólicos no ordenados por Dios (Juan 4:24).
Las prácticas ocultas también suelen implicar el secreto o la promesa de conocimiento oculto. Esto contrasta fuertemente con la apertura de la fe cristiana, en la que el mensaje del Evangelio se proclama públicamente y es accesible a todos. El apóstol Pablo habló del Evangelio como un misterio ya revelado, que no se mantiene oculto (Colosenses 1:26).
Reconocer los signos de las prácticas ocultas implica discernir las actividades que van más allá de las enseñanzas bíblicas. La adivinación, un enfoque excesivo en lo sobrenatural, el uso de símbolos y artefactos no bíblicos y la promesa de conocimientos ocultos son signos indicativos. Estas prácticas contrastan con las enseñanzas cristianas, que abogan por la confianza en la providencia de Dios, la sumisión a Su voluntad y el acceso abierto al Evangelio. Comprender estos signos ayuda a los creyentes a mantener la integridad de su fe.
Responder a las influencias ocultas
Reconocer los signos de las prácticas ocultas es el primer paso, pero lo que viene después es igualmente crucial. Responder a estas influencias es esencial para salvaguardar nuestra fe cristiana.
Una respuesta importante al reconocimiento de las prácticas ocultas es rechazarlas y evitarlas. En lugar de intentar explorar o comprender estas prácticas por curiosidad, se nos guía para que nos abstengamos de ellas. Las enseñanzas de Santiago nos animan a resistir al diablo, y huirá de nosotros (Santiago 4:7).
Estar informados sobre la postura de la Biblia respecto a estas prácticas nos ayuda a mantener la vigilancia. Equiparnos con el conocimiento de la Palabra de Dios puede servirnos de defensa. En Efesios se nos dice que nos pongamos toda la armadura de Dios para resistir las asechanzas del diablo, que incluye el cinturón de la verdad y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios (Efesios 6:14, 17).
La oración es otro aspecto crucial para responder a las influencias ocultas. Llevar una vida de oración constante profundiza nuestra relación con Dios y nos fortalece espiritualmente. En Filipenses, se nos instruye para que demos a conocer nuestras peticiones a Dios mediante la oración y la súplica, asegurándonos de que nuestras necesidades espirituales se satisfacen a través de Él y no de otras fuentes espirituales (Filipenses 4:6).
También se nos anima a tener comunión con otros creyentes. Una comunidad de fe puede proporcionarnos apoyo y ánimo, ayudándonos a mantenernos fuertes en nuestro camino espiritual. Como está escrito en Hebreos, no debemos dejar de reunirnos, como acostumbran algunos, sino que debemos animarnos unos a otros, sobre todo al ver que se acerca el día del Señor (Hebreos 10:25).
Responder a las influencias ocultas implica rechazar estas prácticas, informarse sobre la Palabra de Dios, dedicarse a la oración y mantener la comunión con otros creyentes. Estas acciones salvaguardan nuestra fe cristiana y nos protegen del daño espiritual. Al hacerlo, defendemos la verdad del Evangelio, profundizamos en nuestra relación con Dios y nos animamos mutuamente en nuestro camino de fe.
Firmeza ante las prácticas ocultas
El reconocimiento y la respuesta a las prácticas ocultas puede ser una tarea difícil, pero es esencial para mantener la integridad de nuestra fe cristiana. Equipados con la luz discernidora de la Palabra de Dios, podemos identificar estas prácticas, comprender sus peligros y, en consecuencia, responder de forma que protejan y mantengan nuestra fe.
- ¿Qué pasos puedes dar para reforzar tu conocimiento de la Palabra de Dios como defensa contra las influencias ocultas?
- ¿Cómo puede ayudarte la oración constante a resistir la tentación de lo oculto?
- ¿Cómo puede ayudarte la comunión con otros creyentes a mantenerte firme contra estas prácticas?
Recordemos que nuestra fe es nuestro escudo y nuestra fuerza, que no debe ser sustituida ni ensombrecida por ninguna forma de práctica ocultista. Que nos mantengamos firmes, guiados por la verdad inquebrantable del Evangelio, mientras defendemos la soberanía y la autoridad de Dios en nuestras vidas.
