Stairway made of clouds, rising from the earthly realm to the heavenly spheres, with each step representing a different degree or level of heaven.

¿Hablan las Escrituras de distintos niveles del cielo?

El concepto de diferentes niveles de cielo es intrigante. ¿Qué escrituras concretas se citan a menudo para apoyar esta idea y cómo suelen interpretarse?

El concepto de cielo siempre ha sido de gran interés, no sólo para los fieles, sino también para teólogos, eruditos y personas que buscan respuestas a preguntas existenciales. Dentro de la comunidad cristiana, los debates sobre si existen distintos “niveles” o “grados” de cielo han sido a menudo intensos y variados. Este artículo es un esfuerzo por examinar, comprender y explicar lo que la Biblia tiene que decir sobre estos supuestos niveles del cielo, utilizando un enfoque claro y directo.

Base bíblica de los “Niveles del Cielo

El apóstol Pablo, en su segunda carta a los Corintios, cuenta la historia de un hombre que fue “arrebatado al tercer cielo” (2 Corintios 12:2-4). Sin dar muchas explicaciones sobre lo que esto significa exactamente, las palabras de Pablo han suscitado siglos de contemplación. La interpretación sugiere que Pablo podría estar refiriéndose a diferentes reinos o dimensiones del cielo, siendo “el tercer cielo” posiblemente el más elevado.

El Antiguo Testamento también proporciona cierto contexto. En el libro del Génesis (Génesis 1:6-8), se menciona una división de “las aguas de las aguas” y la formación del “firmamento”, a menudo interpretado como el cielo o el “cielo”. Este cielo inicial se considera el primero, el universo físico, incluida la Tierra y su atmósfera. 

El segundo cielo, según algunas interpretaciones, es el dominio de los cuerpos celestes. El sol, la luna, las estrellas -todos los cuerpos celestes mencionados en el Génesis (Génesis 1:14-18)- se encuentran en este reino. Este segundo reino podría considerarse como el universo más amplio, más allá de los límites de nuestro propio mundo y atmósfera.

El tercer cielo, como se indica en 2 Corintios, puede ser la presencia misma de Dios, el reino que está más allá del espacio y el tiempo físicos. Esta idea se ve respaldada por otros pasajes de las Escrituras, como el Libro del Apocalipsis, donde el apóstol Juan describe visiones del trono de Dios y del reino celestial (Apocalipsis 4:2-6). 

A partir de la experiencia del apóstol Pablo, se sugieren tres “niveles” o “reinos” potenciales del cielo: el primero es nuestro universo físico y su atmósfera, el segundo es el cosmos más amplio y el tercero es la presencia divina de Dios. Esta interpretación se extrae de las palabras de la Biblia, concretamente de los libros del Génesis, Corintios y Apocalipsis. Proporciona una explicación bíblicamente fundamentada de la noción de “niveles del cielo”, pero también deja espacio para una mayor contemplación, ya que la Biblia no detalla explícitamente estos reinos.

Interpretaciones de la tradición teológica

Cambiar nuestro enfoque de la Biblia a las tradiciones teológicas que han crecido a su alrededor nos permite ampliar nuestra comprensión de los “niveles del cielo”. Entre los primeros Padres de la Iglesia, teólogos y eruditos cristianos, las interpretaciones han variado, pero pueden identificarse ciertos hilos comunes.

Tomás de Aquino, respetado teólogo de la Iglesia en el siglo XIII, interpretó los “niveles del cielo” en estrecha consonancia con el marco bíblico comentado anteriormente. Aquino hablaba de distintos “órdenes” de los cielos, correspondientes al universo material (nuestro mundo físico y el cosmos), y al reino de Dios, un lugar espiritual más allá de las dimensiones físicas.

Juan Calvino, figura fundamental de la Reforma protestante del siglo XVI, también hizo referencia a distintos “niveles” o esferas del cielo. Aunque el enfoque de Calvino se basa en una tradición teológica diferente, su comprensión refleja en gran medida la de Aquino. Calvino, basándose en los escritos del apóstol Pablo, creía en un cielo espiritual distinto del universo físico.

En el cristianismo ortodoxo también se reconoce la idea de los “niveles del cielo”. Al igual que las perspectivas católica y protestante, la teología ortodoxa reconoce un reino espiritual más allá de lo físico, donde se manifiesta la presencia de Dios.

Tanto los primeros Padres de la Iglesia como los teólogos católicos, protestantes y ortodoxos contribuyen a una interpretación estratificada del cielo. Haciéndose eco de los textos bíblicos, estas tradiciones teológicas reconocen al menos dos “órdenes” o “niveles”: uno es el universo físico y el otro un reino espiritual más allá de las dimensiones físicas. Desde Tomás de Aquino hasta Juan Calvino, pasando por el cristianismo ortodoxo, esta perspectiva prevalece y añade profundidad al concepto de los “niveles del cielo” tal como se presenta en la Biblia.

Implicaciones para la creencia y la práctica cristianas

Exploremos ahora lo que significan estos “niveles del cielo” para la creencia y la práctica cristianas. Comprender esta noción estratificada del cielo tiene implicaciones significativas para nuestra forma de entender a Dios, el universo y nuestro lugar en él.

La idea de distintos “niveles del cielo” pone de relieve la trascendencia de Dios, indicando que la presencia de Dios está más allá de las dimensiones físicas de nuestro universo. El nivel más alto del cielo se asocia a menudo con la presencia directa de Dios (2 Corintios 12:2-4). Esta creencia subraya la comprensión cristiana de que Dios es “otro”, más allá de nuestro mundo material, pero también inminentemente cercano a nosotros.

Reconocer estos “niveles del cielo” también subraya la maravilla de la creación de Dios, que se extiende desde nuestro universo físico al cosmos más amplio y más allá, a un reino divino. Esta apreciación promueve un sentido de asombro, admiración y respeto por la creación divina y fomenta la administración responsable de la Tierra (Génesis 1:28).

Para los cristianos, los “niveles del cielo” también pueden ofrecer una perspectiva reconfortante sobre la vida después de la muerte. El nivel más alto del cielo suele considerarse el destino de las almas, donde están en presencia directa de Dios (Apocalipsis 21:1-4). Esta creencia proporciona esperanza y seguridad de una vida eterna más allá de nuestra existencia terrenal.

El concepto de “niveles del cielo” influye en la comprensión cristiana de múltiples maneras. Destaca la trascendencia de Dios, fomenta la admiración y la administración de la creación, y proporciona consuelo sobre la vida después de la muerte. La creencia subraya la omnipresencia divina, la naturaleza sobrecogedora de la creación de Dios y ofrece la seguridad de una vida celestial después de la muerte. Estas implicaciones conforman significativamente la creencia y la práctica cristianas.

En busca de los reinos celestiales

El concepto de “niveles del cielo” ha intrigado durante mucho tiempo a cristianos y teólogos por igual, suscitando profundos debates y variadas interpretaciones. Arraigada en pasajes bíblicos y desarrollada a través de la tradición teológica, esta percepción estratificada del cielo influye profundamente en la creencia y la práctica cristianas. Pone de relieve la trascendencia de Dios, promueve la administración de la creación y ofrece pensamientos reconfortantes sobre la vida después de la muerte. 

Para profundizar en tu reflexión sobre este tema, considera las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo influye la idea de los “niveles del cielo” en tu comprensión personal de Dios?
  • ¿Qué significa esta interpretación estratificada del cielo para tu administración de la Tierra?
  • ¿Cómo influye la creencia en un reino celestial eterno en tus pensamientos sobre la vida después de la muerte?

Llevemos adelante estas reflexiones, no como respuestas definitivas, sino como indagaciones continuas sobre nuestra fe. Las maravillas de la creación de Dios, tanto visibles como más allá de nuestra comprensión, nos invitan a una mayor apreciación del misterio divino. Que esta comprensión nos inspire aún más en nuestro caminar diario con Dios, fomentando una profunda reverencia por la insondable riqueza de Sus reinos divinos.

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