La Biblia, una composición divina llena de sabiduría, verdad y la historia de la redención humana, es un libro que puede transformar vidas. Sin embargo, con sus 66 libros, escritos a lo largo de 1.500 años por múltiples autores, puede parecer intimidante para quienes la leen por primera vez. Muchos de los que desean explorar su profundidad a menudo se preguntan por dónde empezar. Nuestro objetivo es guiarte hacia un punto de partida que se ajuste a tus necesidades espirituales y allane el camino hacia un compromiso significativo con la Palabra de Dios.
Comprender la estructura de la Biblia: Un breve resumen
La Biblia no es un libro único, sino una biblioteca de 66 libros diferentes, escritos por diversos autores a lo largo de muchos siglos. Está dividida en dos secciones principales: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento, la primera sección de la Biblia, contiene 39 libros. Estos libros pueden clasificarse en cinco grupos: La Ley (o Torá), la Historia, la Literatura Sapiencial, los Profetas Mayores y los Profetas Menores. La Ley, que incluye los libros que van del Génesis al Deuteronomio, es fundacional, pues presenta el relato de la creación, la historia primitiva de la humanidad, la llamada de Abraham y la formación de la nación de Israel, así como las leyes dadas a los israelitas. Los libros Históricos, de Josué a Ester, narran la historia de los israelitas desde su entrada en la tierra prometida hasta su posterior exilio. La Literatura Sapiencial incluye Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares. Estos libros proporcionan una rica fuente de reflexiones sobre la existencia humana, la moral y la naturaleza de Dios. Los libros de los Profetas Mayores y Menores, de Isaías a Malaquías, comprenden profecías relativas a Israel, el juicio de Dios y las promesas de una futura restauración.
El Nuevo Testamento, la segunda sección de la Biblia, consta de 27 libros. Se dividen en cuatro Evangelios, un libro de historia (Hechos), 21 Epístolas (cartas) y un libro de profecía (Apocalipsis).
Los Evangelios -Mateo, Marcos, Lucas y Juan- narran la vida, muerte y resurrección de Jesucristo desde cuatro perspectivas únicas. Los Hechos, el único libro histórico del Nuevo Testamento, narra la historia de la Iglesia cristiana primitiva y la difusión del Evangelio tras la ascensión de Jesús. Las Epístolas, de Romanos a Judas, son cartas escritas por los primeros líderes cristianos a comunidades o individuos, en las que proporcionan instrucciones, ánimo y teología. El Apocalipsis, último libro de la Biblia, es una obra profética llena de imágenes y simbolismo, que revela el final de los tiempos y la victoria final de Dios.
Está claro que la Biblia es una obra compleja, pero esto no debe ser motivo de intimidación. Más bien, piensa en ella como en un rico tapiz, en el que cada hilo contribuye a la narración más amplia del plan redentor de Dios para la humanidad. Al iniciar tu viaje de lectura de la Biblia, ten presente esta estructura. Te ayudará a comprender el contexto y los temas generales que recorren el texto, guiándote hacia un compromiso más significativo con la Palabra de Dios.
El Evangelio de Juan: punto de partida recomendado
El Evangelio de Juan, uno de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, se sugiere a menudo como punto de partida ideal para quienes leen la Biblia por primera vez. Proporciona una visión distintiva y profunda de la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesucristo.
Lo que distingue a Juan es su perspectiva única. Mientras que los otros Evangelios -Mateo, Marcos y Lucas- comparten muchos relatos similares y se conocen como los “Evangelios Sinópticos”, Juan ofrece una presentación más temática e interpretativa de la vida de Jesús. Hace hincapié en la deidad de Cristo, presentándolo como el Verbo hecho carne, el pan de vida, el buen pastor, el camino, la verdad y la vida, y la vid verdadera (Juan 1:14, 6:35, 10:11, 14:6, 15:1).
El Evangelio de Juan comienza con una profunda proclamación de la preexistencia y divinidad de Jesús, identificándolo como el Verbo que estaba con Dios y era Dios desde el principio (Juan 1:1-5). Además, este Evangelio ofrece explicaciones claras de conceptos cristianos clave como la gracia, la verdad y la vida eterna, lo que lo convierte en un punto de partida adecuado para los nuevos lectores.
Juan también recoge siete declaraciones “Yo soy” de Jesús, exclusivas de este Evangelio, en las que Jesús revela aspectos de Su identidad y misión. Entre ellas figuran frases como “Yo soy la luz del mundo”, “Yo soy la resurrección y la vida” y “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 8:12, 11:25, 14:6). A través de estas afirmaciones, los lectores adquieren una comprensión más profunda de la naturaleza divina de Jesús y de Su misión de salvación.
Leyendo a Juan, encontrarás diálogos íntimos, como el que tuvo lugar entre Jesús y Nicodemo sobre la necesidad de nacer de nuevo (Juan 3:1-21), o la conversación con la mujer samaritana junto al pozo, en la que se revela a Cristo como el agua viva (Juan 4:1-26). Estos encuentros personales ponen de relieve el poder transformador de las enseñanzas de Cristo.
El Evangelio de Juan termina con una poderosa afirmación de su finalidad: “Estas cosas se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31). Este mismo propósito coincide con la razón por la que muchos comienzan a leer la Biblia: conocer a Jesús y encontrar la vida en Él.
Comenzar tu viaje bíblico con el Evangelio de Juan significa empezar en el corazón de la fe cristiana: conocer a Jesús. A medida que leas, te encontrarás con la vida y las enseñanzas de Jesús de un modo profundo pero accesible, sentando una base sólida para tus posteriores exploraciones de la Biblia.
Otros puntos de partida accesibles: Los Salmos, los Proverbios y el Evangelio de Lucas
Aunque el Evangelio de Juan es un excelente punto de partida, hay otros libros de la Biblia que también ofrecen puntos de entrada accesibles para los nuevos lectores: los Salmos, los Proverbios y el Evangelio de Lucas.
Los Salmos, un libro del Antiguo Testamento, es una colección de 150 canciones y poemas que expresan una amplia gama de emociones humanas: desde la alegría y la alabanza hasta la tristeza y el lamento. La lectura de los Salmos brinda la oportunidad de resonar profundamente con las sentidas oraciones y alabanzas de individuos como David, Salomón y Asaf. Por ejemplo, el Salmo 23, uno de los capítulos más conocidos, retrata bellamente a Dios como un pastor bondadoso y un anfitrión lleno de gracia (Salmo 23). Comprometerse con los Salmos puede fomentar una conexión emocional más profunda con el texto bíblico y proporcionar palabras para la oración y la adoración personales.
Proverbios, otro libro del Antiguo Testamento, es una recopilación de dichos sabios, atribuidos principalmente al rey Salomón. Este libro ofrece sabiduría práctica sobre cómo vivir una vida agradable a Dios, abarcando temas como las relaciones, la honradez, el trabajo duro y el uso de la lengua. Por ejemplo, comienza declarando la importancia de la sabiduría y el temor del Señor como fundamento del conocimiento (Proverbios 1:7). La lectura de Proverbios puede dotar a los nuevos lectores de valiosas ideas para vivir piadosamente.
El Evangelio de Lucas, un libro del Nuevo Testamento, es otro lugar excelente para empezar. Escrito por Lucas, médico y único autor gentil del Nuevo Testamento, este Evangelio se caracteriza por su relato detallado y ordenado de la vida de Jesús, que hace hincapié en Su compasión hacia los pobres, los marginados y los pecadores. Únicas de Lucas son parábolas como la del Buen Samaritano y la del Hijo Pródigo (Lucas 10:30-37, 15:11-32), que captan el corazón de la misericordia y el amor de Dios.
Elegir entre Juan, Salmos, Proverbios y Lucas depende de las preferencias personales y las necesidades espirituales. Si el deseo es comenzar con la vida de Jesús y Sus enseñanzas, entonces Juan o Lucas son opciones maravillosas. Si el objetivo es conectar emocionalmente con Dios o buscar sabiduría para la vida diaria, entonces Salmos o Proverbios pueden resonar más. Independientemente del punto de partida, la clave es acercarse a la Biblia con un corazón orante, buscando conocer a Dios y Su verdad. Recuerda que el viaje a través de las Escrituras no es una carrera, sino un paseo constante de descubrimiento y transformación.
Recorrer el camino de las Escrituras
Encontrar el lugar adecuado para empezar a leer la Biblia puede parecer un reto, pero saber un poco más sobre su estructura y comprender el atractivo de los distintos puntos de partida puede hacer que el viaje sea menos desalentador. Tanto si eliges empezar por el Evangelio de Juan, la sabiduría de Proverbios, los sentidos Salmos o la compasiva narración del Evangelio de Lucas, la Biblia se despliega como una profunda narración del amor y la redención de Dios.
Para seguir reflexionando, considera estas preguntas:
- ¿Qué buscas en tu viaje a través de la Biblia? ¿Es una comprensión más profunda de Jesús, una conexión emocional, sabiduría para la vida u otra cosa?
- ¿De qué maneras puedes hacer que la lectura de la Biblia forme parte de tu rutina diaria?
- ¿Cómo puedes comprometerte con la Biblia no sólo como un texto, sino como un espacio para encontrarte con Dios y escuchar Su voz?
Con cada página que pases, recuerda que no estás leyendo simplemente un libro. Estás entrando en una conversación divina, escuchando la voz de Dios que resuena a través de la historia, hablando a los corazones y a las vidas de las personas de hoy, igual que hizo hace miles de años. Así pues, coge esa Biblia, encuentra tu punto de partida y comienza la aventura. Dios espera encontrarse contigo allí. Deja que Su Palabra ilumine tu camino, enriquezca tu mente y transforme tu corazón. Al fin y al cabo, la Biblia es algo más que palabras en una página: es un testamento vivo y palpitante del amor de Dios por la humanidad. Así pues, adéntrate con valentía en este viaje y deja que la Palabra de Dios guíe tus pasos.
