Young Christian man sits by a riverbank at twilight, his fragmented reflection symbolizing a broken self-image because of masturbation.

¿Se considera pecaminosa la masturbación según la Biblia?

Comprender la perspectiva bíblica de la masturbación implica considerar las intenciones y los pensamientos que acompañan al acto. ¿A qué textos bíblicos concretos se hace referencia a menudo en los debates sobre la moralidad de la masturbación?

Abordar un tema tan delicado como la masturbación puede resultar difícil, especialmente en un contexto religioso como el cristianismo, que valora mucho la pureza, la santidad y el autocontrol. La Biblia ofrece orientación para casi todos los aspectos de la vida humana y, aunque puede que no mencione explícitamente la masturbación, proporciona principios que pueden utilizarse para informar nuestra comprensión de esta práctica. Por tanto, este artículo pretende basarse en estos principios bíblicos, fomentando la reflexión y la conversación en torno a este tema, a menudo tabú.

Textos bíblicos y sus interpretaciones

Al embarcarnos en nuestro viaje para comprender la perspectiva bíblica sobre la masturbación, nos encontramos en medio de textos que, aunque no abordan el tema directamente, sí hablan de cuestiones de pureza sexual y autocontrol. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento contienen numerosos pasajes que pueden ayudar a conformar nuestra comprensión.

El Antiguo Testamento contiene una serie de leyes y principios relativos al comportamiento sexual. El libro del Levítico contiene varias normas sobre la pureza sexual, aunque no menciona explícitamente la masturbación (Levítico 18-20). La importancia de preservar la propia energía sexual para la santidad del matrimonio es un tema común en estos textos. La historia de Onán en el Génesis, en la que derramó su semilla en el suelo para evitar engendrar un hijo para la mujer de su hermano fallecido, se ha utilizado en algunas interpretaciones para condenar indirectamente la masturbación (Génesis 38:9-10). Esta interpretación, sin embargo, podría pasar por alto el hecho de que el pecado de Onán tuvo que ver más con su desobediencia y falta de deber hacia su familia que con el acto en sí.

En el Nuevo Testamento, los escritos del apóstol Pablo ofrecen una valiosa perspectiva. Sus cartas a los corintios dan directrices sobre el control del propio cuerpo y la evitación de la inmoralidad sexual (1 Corintios 6:18-20). Aunque Pablo no se refiere directamente a la masturbación, insiste en la importancia de mantener puro el propio cuerpo, ya que es el templo del Espíritu Santo. 

En el Sermón de la Montaña, Jesús enseña sobre la naturaleza de la lujuria. Sus palabras implican que no sólo importan nuestras acciones, sino también nuestros pensamientos (Mateo 5:28). Aunque la masturbación no se aborda directamente, este principio puede aplicarse para comprender la perspectiva de la Biblia.

Pablo también anima a los creyentes a vivir vidas controladas por el Espíritu y no por deseos pecaminosos (Gálatas 5:16-25). Este principio general, de nuevo, no especifica la masturbación, pero sirve como medida orientativa para los cristianos cuando consideran acciones que pueden no estar explícitamente tratadas en las Escrituras.

Aunque la Biblia no menciona directamente la masturbación, proporciona principios en torno a la pureza sexual, el autocontrol y la santidad del cuerpo que pueden informar nuestra comprensión. Se suele hacer referencia a la historia de Onán en el Génesis y a las enseñanzas de Pablo en sus cartas, aunque está claro que la perspectiva bíblica está determinada más por la condición del corazón y la obediencia que por acciones concretas. Las enseñanzas de Jesús sobre la lujuria y los pensamientos añaden otra capa a esta perspectiva. La Biblia anima a llevar una vida controlada por el Espíritu, en lugar de sucumbir a los deseos pecaminosos.

El papel de la intención y el estado del corazón

Al cambiar nuestro enfoque del texto explícito a la intención y la condición del corazón, descubrimos otra capa en nuestro intento de comprender la opinión de la Biblia sobre la masturbación. Una de las enseñanzas clave del Nuevo Testamento es que Dios se preocupa no sólo de nuestras acciones, sino también de los motivos que hay detrás de ellas.

En el Sermón de la Montaña, Jesús profundiza en el espíritu que hay detrás de la ley. El acto de adulterio estaba condenado en el Antiguo Testamento, pero Jesús enseña que incluso mirar a otra persona con intención lujuriosa equivale a cometer adulterio en el corazón (Mateo 5:27-28). Este principio, aplicado al tema de la masturbación, puede sugerir que si el acto está impulsado por pensamientos o fantasías lujuriosos, puede que no se ajuste a los principios de pureza esbozados en la Biblia.

En otro caso, Pablo escribe a los corintios sobre la importancia de la intención. Aconseja a los creyentes que hagan todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Este principio implica que nuestras acciones, incluidos nuestros comportamientos sexuales, deben reflejar nuestro compromiso de honrar a Dios.

La Biblia también destaca la importancia del autocontrol. En sus cartas, Pablo habla del fruto del Espíritu, uno de los cuales es el autocontrol (Gálatas 5:22-23). El autocontrol en el contexto del comportamiento sexual, incluida la masturbación, se convierte en una consideración clave. Si la práctica conduce a una falta de control o se vuelve adictiva, puede que no se ajuste a este principio bíblico.

Otro aspecto que merece la pena considerar es si el acto provoca culpa o sentimientos de condena. Según las enseñanzas de Romanos, no hay condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). Si la práctica de la masturbación provoca tales sentimientos, quizá merezca la pena reconsiderarlo a la luz de esta enseñanza.

Las enseñanzas de la Biblia destacan la importancia de la intención y el estado del corazón que hay detrás de nuestras acciones. Según las enseñanzas de Jesús, los pensamientos o fantasías lujuriosos no están en consonancia con los principios de pureza. Los escritos de Pablo subrayan que todas las acciones deben tener como objetivo glorificar a Dios y que el autocontrol es un fruto vital del Espíritu. Si la masturbación conduce a la falta de control, se vuelve adictiva o provoca sentimientos de culpa, puede que no se ajuste a estos principios bíblicos. El énfasis se pone claramente en la condición del corazón, en la intención que hay detrás de las acciones y en vivir una vida que dé gloria a Dios.

Aplicaciones prácticas y conclusiones

Volviendo nuestra atención a las aplicaciones y conclusiones prácticas, consideraremos cómo los principios bíblicos que hemos discutido podrían influir en nuestra comprensión y enfoque de la masturbación. 

Un principio rector del Nuevo Testamento es la llamada a huir de la inmoralidad sexual (1 Corintios 6:18). Esta enseñanza puede incitar a los creyentes a evaluar críticamente si sus comportamientos sexuales, incluida la masturbación, se ajustan a las normas bíblicas de pureza.

La Biblia anima a los creyentes a vivir vidas agradables a Dios y respetuosas con sus cuerpos como templos del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20). Este respeto se extiende a los comportamientos sexuales. Si la masturbación conduce a la obsesión o a la impureza de pensamiento, podría contradecir esta enseñanza.

Otro aspecto digno de mención es el concepto bíblico de libertad. En Gálatas, Pablo dice a los creyentes que han sido llamados a vivir en libertad, pero no a utilizar su libertad para satisfacer la carne (Gálatas 5:13). Aplicando esto a la masturbación, sugiere que la libertad concedida a los creyentes no autoriza la indulgencia en comportamientos que pueden no defender los valores bíblicos.

La Biblia anima a los creyentes a esforzarse por la paz y la mutua edificación (Romanos 14:19). Este principio puede guiar a los creyentes a considerar el impacto de sus acciones, incluida la masturbación, en su relación con Dios y con los demás. 

La fe cristiana se centra en buscar la voluntad y la guía de Dios en todos los aspectos de la vida, incluidos los comportamientos sexuales. Santiago anima a los creyentes a pedir sabiduría a Dios, asegurándoles que Dios da generosamente a todos (Santiago 1:5). En caso de duda sobre temas como la masturbación, buscar la sabiduría divina puede ser un enfoque útil.

Aplicando los principios bíblicos a la masturbación, descubrimos que la Biblia anima a los creyentes a huir de la inmoralidad sexual, a respetar su cuerpo y a utilizar su libertad sabiamente, sin entregarse a la carne. Las acciones, incluida la masturbación, deben evaluarse por su impacto en las relaciones con Dios y con los demás. En situaciones inciertas, buscar la sabiduría de Dios puede ofrecer orientación. El enfoque de la masturbación en la fe cristiana debe basarse en estos principios, con el objetivo de honrar a Dios con nuestro cuerpo y vivir una vida que le agrade.

Este examen bíblico de la masturbación proporciona una comprensión exhaustiva de cómo las escrituras clave, aunque no mencionen explícitamente el acto, siguen conformando la perspectiva cristiana sobre la cuestión. La importancia de la condición del corazón, la intención que hay detrás de las acciones y el efecto de éstas en nuestra relación con Dios son fundamentales para esta comprensión. 

Reflexionar sobre las siguientes preguntas puede aportar más claridad:

  • ¿Cómo se alinea mi práctica personal con los principios bíblicos de pureza, autocontrol y respeto al cuerpo como templo del Espíritu Santo?
  • ¿Hay algún aspecto de mi conducta, incluida la masturbación, que pueda no estar glorificando a Dios o que pueda estar repercutiendo negativamente en mi crecimiento espiritual?
  • ¿Qué pasos puedo dar para buscar la sabiduría de Dios cuando tenga dudas sobre prácticas como la masturbación?

La tarea que tenemos ante nosotros como creyentes no es fácil. Debemos navegar por un mundo lleno de complejidades al tiempo que mantenemos nuestra fe y vivimos de acuerdo con los principios bíblicos. Sin embargo, no estamos solos en este empeño. Dios está siempre con nosotros, proporcionándonos sabiduría y guía cuando le buscamos. Que esta verdad sea nuestra fuente de fortaleza y nuestra luz de guía mientras nos esforzamos por honrar a Dios con nuestras vidas.

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