Es una pregunta que ha despertado curiosidad y a veces controversia entre creyentes y no creyentes por igual: ¿se considera cristianos a los testigos de Jehová? Para responder a esta pregunta, examinaremos las creencias y prácticas fundamentales de los Testigos de Jehová, las compararemos con las enseñanzas cristianas tradicionales y, finalmente, arrojaremos luz sobre las semejanzas y diferencias entre ambas. Acompáñanos en este viaje para conocer mejor la fe de los Testigos de Jehová y su singular visión del cristianismo.
Orígenes y creencias de los testigos de Jehová
Los Testigos de Jehová son una confesión que se originó en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Charles Taze Russell, el fundador del movimiento, era un estudiante de la Biblia que buscaba comprender las Escrituras desde una perspectiva nueva. Empezó a publicar una revista llamada “La Torre Vigía de Sión y el Heraldo de la Presencia de Cristo” en 1879, que más tarde evolucionó hasta convertirse en la Sociedad Watchtower, la organización que hoy está detrás de los Testigos de Jehová.
Una de las creencias clave de los Testigos de Jehová es su estricto monoteísmo, que hace hincapié en la creencia en Jehová (Yahvé), el Dios del Antiguo Testamento, como el único Dios verdadero. Creen que Jesucristo no es Dios, sino el hijo primogénito de Dios y el Mesías (Juan 1:1, 14; Colosenses 1:15). También enseñan que el Espíritu Santo no es una persona, sino la fuerza o energía activa de Dios que utiliza para cumplir su voluntad (Hechos 2:17-18).
Los testigos de Jehová mantienen la creencia de que el reino de Dios se estableció en el cielo en 1914, con Jesús como rey. Creen que esto marcó el comienzo de los “últimos días” de la historia humana, un periodo que conduce a la batalla de Armagedón, donde Dios destruirá la maldad y establecerá un nuevo paraíso terrenal (Apocalipsis 16:14-16; 21:1-4). Sólo a los testigos de Jehová que permanezcan fieles y obedientes a las enseñanzas de Dios se les concederá la salvación y la vida eterna en este paraíso.
Otra creencia clave es su insistencia en utilizar el nombre “Jehová” para referirse a Dios. Argumentan que al restablecer el uso del nombre de Dios en sus enseñanzas y culto, están honrando y distinguiendo al Dios verdadero de los falsos dioses de otras religiones (Éxodo 3:15; Isaías 42:8).
En cuanto a la Biblia, los testigos de Jehová la consideran la palabra inspirada de Dios y la máxima autoridad para sus creencias y prácticas. Utilizan su propia traducción, la Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras, que creen que refleja con mayor exactitud los textos originales.
Los Testigos de Jehová son conocidos por su evangelización puerta a puerta, y creen que compartir su fe es una parte esencial de su culto. También se niegan a participar en ciertas actividades que consideran incompatibles con su fe, como votar, prestar servicio militar y celebrar fiestas y cumpleaños (Juan 17:16; 2 Corintios 6:14-18).
Las creencias y prácticas de los Testigos de Jehová los diferencian de la corriente principal del cristianismo en varios aspectos. Tienen una concepción distinta de Dios, Jesús y el Espíritu Santo, así como puntos de vista únicos sobre la salvación, el fin de los tiempos y el papel del nombre de Dios en el culto. En la siguiente sección, compararemos estas creencias con las del cristianismo tradicional para determinar si los Testigos de Jehová pueden considerarse parte de la fe cristiana.
Comparación entre los testigos de Jehová y el cristianismo tradicional
Al comparar las creencias de los testigos de Jehová con las del cristianismo tradicional, es esencial centrarse en las doctrinas fundamentales que definen la fe cristiana. Estas doctrinas incluyen la naturaleza de Dios, la persona de Jesucristo y el papel del Espíritu Santo.
La naturaleza de Dios es una diferencia fundamental entre los testigos de Jehová y el cristianismo tradicional. Los Testigos de Jehová se adhieren al monoteísmo estricto, reconociendo sólo a Jehová como el único Dios verdadero. En cambio, la corriente principal del cristianismo enseña la doctrina de la Trinidad, que afirma que Dios existe en tres personas -Padre, Hijo y Espíritu Santo- que son coiguales y coeternas (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14).
La persona de Jesucristo es otra área de divergencia. Los Testigos de Jehová creen que Jesús es el hijo primogénito de Dios y el Mesías, pero no Dios mismo. Enseñan que Jesús fue un ser creado, subordinado a Dios Padre (Juan 1:1, 14; Colosenses 1:15). El cristianismo tradicional, en cambio, afirma la deidad de Cristo, enseñando que es a la vez plenamente Dios y plenamente humano, y coigual con el Padre y el Espíritu Santo (Juan 1:1, 14; Filipenses 2:5-11).
El papel del Espíritu Santo también es distinto entre los dos sistemas de creencias. Los Testigos de Jehová ven al Espíritu Santo como una fuerza o energía impersonal que Dios utiliza para cumplir su voluntad (Hechos 2:17-18). En el cristianismo tradicional, el Espíritu Santo se considera la tercera persona de la Trinidad, posee atributos personales y participa activamente en la vida de los creyentes (Juan 14:16-17; Romanos 8:26-27).
La salvación es otra área de diferencias significativas. Los Testigos de Jehová creen que la salvación sólo se concede a los miembros fieles y obedientes de su organización, mientras que el cristianismo tradicional enseña que la salvación es por gracia mediante la fe sólo en Jesucristo, y no depende de las obras ni de la pertenencia a una denominación específica (Efesios 2:8-9; Juan 3:16).
Aunque existen algunas similitudes entre los testigos de Jehová y el cristianismo tradicional, como su creencia en la Biblia como palabra inspirada de Dios y la necesidad de evangelizar, las diferencias en las doctrinas básicas son sustanciales. Como hemos analizado, los testigos de Jehová y el cristianismo tradicional difieren en su concepción de Dios, Jesús, el Espíritu Santo y la salvación. En la siguiente sección, evaluaremos si estas diferencias permiten considerar a los Testigos de Jehová parte de la fe cristiana.
Puntos de acuerdo y desacuerdo: ¿Son cristianos?
Tras haber explorado los orígenes, creencias y prácticas de los Testigos de Jehová y haberlos comparado con el cristianismo tradicional, ahora podemos abordar la cuestión de si los Testigos de Jehová pueden considerarse parte de la fe cristiana. Para ello, examinaremos los puntos de acuerdo y desacuerdo entre ambos sistemas de creencias, centrándonos en las doctrinas fundamentales que definen el cristianismo.
En cuanto a los puntos de acuerdo, tanto los Testigos de Jehová como los cristianos tradicionales creen en la Biblia como palabra inspirada de Dios y autoridad última para sus creencias y prácticas (2 Timoteo 3:16-17). También comparten la creencia en Jesucristo como Mesías y la necesidad de evangelizar para difundir el mensaje de salvación (Mateo 28:19-20).
Sin embargo, cuando pasamos a los puntos de desacuerdo, encontramos varias diferencias significativas que repercuten en la respuesta a nuestra pregunta central. La más crítica de estas diferencias radica en la comprensión de la naturaleza de Dios, la persona de Jesucristo y el papel del Espíritu Santo. Como ya se ha dicho, los Testigos de Jehová rechazan la doctrina de la Trinidad y sostienen que Jesús es un ser creado, subordinado a Dios Padre. También consideran que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal y no una persona dentro de la Divinidad. Estas creencias contrastan radicalmente con la concepción cristiana tradicional de la Trinidad y la deidad de Cristo (Mateo 28:19; Juan 1:1, 14).
Otro punto importante de desacuerdo se refiere a la doctrina de la salvación. Los Testigos de Jehová enseñan que sólo se concederá la salvación a los miembros fieles y obedientes de su organización, mientras que el cristianismo tradicional sostiene que la salvación es por gracia mediante la fe sólo en Jesucristo, sin dependencia alguna de las obras ni de la afiliación a la organización (Efesios 2:8-9; Juan 3:16).
Teniendo en cuenta estas diferencias significativas en las doctrinas fundamentales, queda claro que los Testigos de Jehová divergen del cristianismo tradicional en aspectos esenciales. Aunque comparten algunas creencias y prácticas comunes, su concepción de Dios, Jesús, el Espíritu Santo y la salvación los aparta de la tradición cristiana más amplia. Basándose en estas diferencias fundamentales, es difícil clasificar a los Testigos de Jehová como parte de la fe cristiana tal como se entiende tradicionalmente. Sin embargo, es esencial recordar que las creencias y experiencias de los individuos dentro de cualquier grupo religioso pueden variar y, en última instancia, sólo Dios puede juzgar el corazón y la fe de cada persona (Romanos 14:4; 1 Samuel 16:7).
Reflexionar sobre las diferencias
A medida que hemos recorrido los orígenes, creencias y prácticas de los Testigos de Jehová y los hemos comparado con el cristianismo tradicional, hemos descubierto diferencias significativas en las doctrinas básicas que los apartan de la fe cristiana dominante. Aunque existen algunos puntos en común, como la creencia en la Biblia como palabra inspirada de Dios y la importancia de la evangelización, las opiniones divergentes sobre la naturaleza de Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo y la salvación hacen que resulte difícil considerar a los Testigos de Jehová como parte de la fe cristiana tal como se entiende tradicionalmente.
Para reflexionar más sobre este tema, plantéate estas preguntas personales:
- ¿Cómo se alinean mis creencias sobre Dios, Jesús y el Espíritu Santo con las enseñanzas cristianas tradicionales o con las de los testigos de Jehová?
- ¿Cómo entiendo la salvación y cómo se compara con las enseñanzas del cristianismo tradicional y de los Testigos de Jehová?
- ¿Cómo puedo entablar conversaciones respetuosas e informadas con testigos de Jehová u otras personas que tengan creencias distintas de las mías?
Para terminar, recordemos la importancia de buscar la verdad y la comprensión en nuestro viaje espiritual. Cuando nos relacionemos con otras personas que tengan creencias distintas, hagámoslo con amor, respeto y humildad, sabiendo que todos tenemos mucho que aprender unos de otros (1 Pedro 3:15). En última instancia, nuestra búsqueda de la verdad debería acercarnos a Dios, fuente de toda sabiduría y entendimiento (Santiago 1:5).
