A menudo, nos encontramos reflexionando sobre una pregunta pertinente: \u00bfpor qu\u00e9 Dios no se hace m\u00e1s evidente? Es una pregunta que surge de lo m\u00e1s profundo de nuestro coraz\u00f3n, sobre todo en momentos de angustia, confusi\u00f3n o aislamiento. La b\u00fasqueda de respuestas nos lleva a un viaje de exploraci\u00f3n a trav\u00e9s de las Escrituras, que nos conduce a algunas revelaciones profundas sobre la naturaleza de Dios y Su interacci\u00f3n con Su creaci\u00f3n.\u00a0<\/p>\n\n\n\n
Dios, por definici\u00f3n, trasciende la comprensi\u00f3n humana. Como cristianos, creemos que Dios es infinito e ilimitado, mientras que nuestras mentes, restringidas por la naturaleza finita de nuestra existencia, luchan por captar tal inmensidad. En el libro de Isa\u00edas, hay una v\u00edvida descripci\u00f3n de la perspectiva divina que subraya nuestras limitaciones para comprender la naturaleza de Dios. Se describe a Dios como alto y elevado, Sus caminos y pensamientos tan por encima de los nuestros como los cielos est\u00e1n por encima de la tierra (Isa\u00edas 55:8-9).<\/p>\n\n\n\n
Este punto de vista celestial se extiende mucho m\u00e1s all\u00e1 de nuestra capacidad humana para comprenderlo plenamente. Nuestra tendencia a buscar signos tangibles y evidentes de la presencia de Dios refleja nuestra limitada perspectiva humana. Anhelamos pruebas concretas, pero Dios no se limita a nuestro \u00e1mbito f\u00edsico, sino que opera m\u00e1s all\u00e1 de \u00e9l. La naturaleza de Dios encarna el reino espiritual que est\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de nuestra percepci\u00f3n sensorial. Vemos este concepto expresado en el libro de Juan, donde se afirma que Dios es esp\u00edritu (Juan 4:24). <\/p>\n\n\n\n
La falta de una forma f\u00edsica, sin embargo, no implica ausencia. La omnipresencia de Dios significa que est\u00e1 en todas partes y en ning\u00fan lugar fuera de su alcance, como se afirma en el libro de los Salmos (Salmo 139:7-10). Su esencia impregna toda la creaci\u00f3n, pero Sus caminos siguen siendo en gran medida inescrutables para nosotros. Esto no se debe a que Dios se oculte deliberadamente, sino que es un reflejo de nuestras limitaciones para percibirle. <\/p>\n\n\n\n
Aunque nuestras mentes humanas no puedan captar plenamente la inmensidad de Dios, nuestra fe nos conecta con \u00c9l. En este sentido, la fe act\u00faa como un puente entre nuestra comprensi\u00f3n finita y la naturaleza infinita de Dios. El libro de Hebreos define la fe como la certeza de lo que se espera, la convicci\u00f3n de lo que no se ve (Hebreos 11:1).<\/p>\n\n\n\n
Comprender la naturaleza de Dios es fundamental para explorar la cuesti\u00f3n de Su aparente ocultaci\u00f3n. La naturaleza infinita e ilimitada de Dios trasciende nuestra comprensi\u00f3n humana finita, de ah\u00ed que la presencia de Dios no siempre nos parezca evidente. Nuestro anhelo de pruebas tangibles refleja nuestras limitaciones para percibir lo divino. A pesar de ello, nuestra fe tiende un puente entre nuestra comprensi\u00f3n limitada y la naturaleza infinita de Dios. La omnipresencia de Dios significa que \u00c9l impregna toda la creaci\u00f3n, aunque Sus caminos a menudo nos resultan inescrutables debido a nuestras limitaciones inherentes.<\/p>\n\n\n\n
La fe es un aspecto vital del camino cristiano. Es el veh\u00edculo a trav\u00e9s del cual conectamos con Dios. Puede rondar por nuestra mente una pregunta: “Si Dios es todopoderoso y omnisciente, \u00bfpor qu\u00e9 no se manifiesta simplemente de forma innegable?”. Aunque tal pregunta es razonable, pasa por alto la esencia de la fe. <\/p>\n\n\n\n
La fe no requiere pruebas f\u00edsicas; las trasciende. Es una confianza arraigada en Dios, una convicci\u00f3n profunda en Su existencia, Su naturaleza y Sus promesas. El libro de Hebreos describe la fe como estar seguros de lo que esperamos y seguros de lo que no vemos (Hebreos 11:1).<\/p>\n\n\n\n
Esto no significa que la fe sea ciega. M\u00e1s bien, significa una confianza profunda que va m\u00e1s all\u00e1 de lo tangible. No es mera creencia sin pruebas, sino confianza sin reservas. Esto se ilustra en la historia de Abraham, quien, a pesar de no ver todo el plan, sigui\u00f3 la llamada de Dios para abandonar su patria, confiando en la promesa de una gran naci\u00f3n (G\u00e9nesis 12:1-4). <\/p>\n\n\n\n
La fe act\u00faa como una lente a trav\u00e9s de la cual percibimos a Dios. No necesita la manifestaci\u00f3n evidente de Dios en forma f\u00edsica, sino que fomenta una relaci\u00f3n basada en la confianza. El libro de Juan indica que son bienaventurados los que no han visto y, sin embargo, han cre\u00eddo (Juan 20:29).<\/p>\n\n\n\n
Aunque Dios realiza ocasionalmente milagros y maravillas, la mayor\u00eda de las veces act\u00faa a trav\u00e9s de sucesos sutiles y cotidianos. Nuestra fe nos permite ver a Dios en estos casos, comprender Su implicaci\u00f3n en nuestras vidas y Su amor por nosotros. De hecho, el libro de Romanos afirma que las cualidades invisibles de Dios se perciben claramente, desde la creaci\u00f3n del mundo, en las cosas hechas (Romanos 1:20). <\/p>\n\n\n\n
La fe es la piedra angular de nuestra relaci\u00f3n con Dios. En lugar de exigir pruebas tangibles de la existencia de Dios, la fe fomenta una confianza profunda que trasciende el \u00e1mbito f\u00edsico. No aboga por una creencia ciega, sino por una relaci\u00f3n de confianza que nos permita ver a Dios m\u00e1s all\u00e1 de lo evidente. Aunque Dios puede realizar milagros manifiestos, a menudo act\u00faa de forma sutil, dando a conocer Su presencia a trav\u00e9s de sucesos cotidianos. Mediante la fe, somos capaces de percibir a Dios en esos momentos, comprendiendo Su papel en nuestras vidas y Su presencia continua.<\/p>\n\n\n\n
Si la naturaleza de Dios est\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 de nuestra percepci\u00f3n y comprensi\u00f3n humanas, \u00bfc\u00f3mo podemos conocerle de verdad? Aqu\u00ed es donde entra en juego el concepto de revelaci\u00f3n divina. La revelaci\u00f3n divina implica que Dios se da a conocer a nosotros. A pesar de la trascendencia de Dios, \u00c9l se acerca a nosotros, deseando ser conocido y comprendido por Su creaci\u00f3n. Esta revelaci\u00f3n no siempre es dram\u00e1tica u obvia, sino a menudo sutil y constante.<\/p>\n\n\n\n
La revelaci\u00f3n se produce de diversas formas. Una de las formas m\u00e1s significativas en que Dios se ha revelado es a trav\u00e9s de Jesucristo. En la creencia cristiana, Jes\u00fas es la Palabra viva, el reflejo perfecto del car\u00e1cter de Dios. A trav\u00e9s de Su vida, muerte y resurrecci\u00f3n, Jes\u00fas revela el coraz\u00f3n de Dios: Su amor, Su justicia, Su misericordia y Su deseo de reconciliaci\u00f3n con la humanidad (Juan 1:1-14, Hebreos 1:1-3).<\/p>\n\n\n\n
Dios tambi\u00e9n se revela a trav\u00e9s de Su Palabra escrita, la Biblia. Proporciona una narraci\u00f3n de la interacci\u00f3n de Dios con la humanidad, revelando Su car\u00e1cter, Su prop\u00f3sito para la creaci\u00f3n y Su plan de redenci\u00f3n. Al leer y estudiar la Biblia, encontramos la voz de Dios, Su instrucci\u00f3n y Su gu\u00eda (2 Timoteo 3:16-17).<\/p>\n\n\n\n
La revelaci\u00f3n de Dios tambi\u00e9n se manifiesta en el mundo que nos rodea. La complejidad y la belleza de la creaci\u00f3n hablan mucho del Creador. La complejidad del universo, el orden de la naturaleza, la diversidad y la riqueza de la vida, todo apunta a un Creador magistral (Romanos 1:20).<\/p>\n\n\n\n
Dios se revela a trav\u00e9s del testimonio interior del Esp\u00edritu Santo. El Esp\u00edritu habla a nuestros corazones, aportando convicci\u00f3n, gu\u00eda, consuelo y la seguridad de la presencia y el amor de Dios (Romanos 8:14-16). <\/p>\n\n\n\n
La revelaci\u00f3n divina, el acto de Dios de darse a conocer, sirve como medio fundamental para comprender la naturaleza de Dios. Esta revelaci\u00f3n se produce de distintas formas: a trav\u00e9s de Jesucristo, que refleja perfectamente el car\u00e1cter de Dios; la Biblia, que narra la interacci\u00f3n de Dios con la humanidad; el mundo que nos rodea, que da testimonio de un Creador magistral; y el testimonio interior del Esp\u00edritu Santo, que nos asegura la presencia y el amor de Dios. A pesar de la trascendencia de Dios, Su deseo de ser conocido por Su creaci\u00f3n le lleva a acercarse a nosotros, sutil y constantemente, a trav\u00e9s de estos canales de revelaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n
La aparente ocultaci\u00f3n de Dios puede desconcertarnos a menudo. Sin embargo, a trav\u00e9s de una comprensi\u00f3n m\u00e1s profunda de Su naturaleza trascendente, del papel de la fe y de las diversas formas en que se revela, empezamos a ver que Dios no est\u00e1 tan oculto como podr\u00edamos percibir en un principio. La revelaci\u00f3n de Dios no siempre es grandiosa o dram\u00e1tica, sino a menudo sutil y continua, y se encuentra en la vida y las ense\u00f1anzas de Jesucristo, en las narraciones de la Biblia, en la belleza y complejidad del mundo que nos rodea y en el testimonio interior del Esp\u00edritu Santo.<\/p>\n\n\n\n
Para profundizar en este tema, contempla lo siguiente:<\/strong><\/p>\n\n\n\n La pr\u00f3xima vez que te preguntes por qu\u00e9 Dios no es m\u00e1s evidente, recuerda que Su presencia a menudo se revela en el susurro silencioso m\u00e1s que en el trueno estruendoso. As\u00ed pues, escuchemos atentamente, miremos con atenci\u00f3n y, sobre todo, confiemos profundamente. Al fin y al cabo, la fe es el puente entre nuestro yo finito y el Dios infinito. Y es la fe la que desvela la presencia sutil, pero constante, de Dios en nuestras vidas.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\u00bfDios est\u00e1 realmente oculto o es nuestra percepci\u00f3n la que lo hace menos evidente? \u00bfSugiere la Biblia razones por las que Dios podr\u00eda elegir ser menos obvio en nuestro mundo?\n","protected":false},"author":1,"featured_media":1938,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[49],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1324"}],"collection":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1324"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1324\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":2829,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1324\/revisions\/2829"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/1938"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1324"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1324"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1324"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}\n