{"id":1417,"date":"2023-09-13T15:41:52","date_gmt":"2023-09-13T19:41:52","guid":{"rendered":"https:\/\/solussanctus.com\/?p=1417"},"modified":"2023-12-01T09:28:25","modified_gmt":"2023-12-01T14:28:25","slug":"sigue-siendo-el-pueblo-judio-el-pueblo-elegido-de-dios","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/es.solussanctus.com\/sigue-siendo-el-pueblo-judio-el-pueblo-elegido-de-dios\/","title":{"rendered":"\u00bfSigue siendo el pueblo jud\u00edo el pueblo elegido de Dios?"},"content":{"rendered":"\n

Como cuerpo de Cristo, nos encontramos constantemente revisando y reevaluando nuestra comprensi\u00f3n de nuestras ra\u00edces espirituales, a menudo con preguntas relativas a nuestros hom\u00f3logos jud\u00edos. En el meollo de estas preguntas, encontramos una preocupaci\u00f3n central y duradera: \u00bfSigue siendo el pueblo jud\u00edo el pueblo elegido de Dios? Esta pregunta no s\u00f3lo tiene importancia hist\u00f3rica y teol\u00f3gica, sino que tambi\u00e9n conlleva implicaciones sustanciales para nuestra fe y nuestra pr\u00e1ctica como creyentes.<\/p>\n\n\n\n

\n\t<\/div>\n\n\n\n

\n\t\n\t\tPerspectiva hist\u00f3rica: El pueblo jud\u00edo como elegido de Dios<\/span>\n\t<\/span>\n<\/h2>\n\n\n\n

En nuestra exploraci\u00f3n del pueblo jud\u00edo como elegido de Dios, debemos comenzar con una mirada retrospectiva a las polvorientas p\u00e1ginas del Antiguo Testamento. Aqu\u00ed, nuestro viaje comienza con un pacto iniciado entre Dios y Abraham, el patriarca de la naci\u00f3n jud\u00eda. Dios prometi\u00f3 a Abraham que su descendencia se multiplicar\u00eda como las estrellas del cielo, que su nombre ser\u00eda grande y que todos los pueblos de la tierra ser\u00edan bendecidos a trav\u00e9s de \u00e9l (G\u00e9nesis 12:1-3).<\/p>\n\n\n\n

Siglos m\u00e1s tarde, nos encontramos con Mois\u00e9s, que sac\u00f3 a los israelitas del cautiverio egipcio. Aqu\u00ed, Dios hizo una proclamaci\u00f3n distinta, declarando a los israelitas como Su posesi\u00f3n especial, un reino de sacerdotes y una naci\u00f3n santa (\u00c9xodo 19:5-6). Este estatus no les fue concedido debido a su n\u00famero o virtud; de hecho, la Biblia menciona que eran los m\u00e1s peque\u00f1os entre las naciones. Fue puramente la gracia y el amor de Dios lo que estableci\u00f3 esta relaci\u00f3n \u00fanica, testimonio de Su fidelidad inquebrantable (Deuteronomio 7:7-8).<\/p>\n\n\n\n

Al seguir la historia de Israel, descubrimos una naci\u00f3n elegida que a menudo luchaba por estar a la altura de su vocaci\u00f3n. Hubo momentos de obediencia que condujeron a la prosperidad y la bendici\u00f3n, y casos de rebeli\u00f3n que provocaron el castigo y el exilio. Sin embargo, en los altibajos, hubo una constante: la fidelidad de Dios a Su pueblo elegido. Su historia no era una historia de perfecci\u00f3n humana, sino un testimonio del compromiso divino.<\/p>\n\n\n\n

Esta idea se hace m\u00e1s v\u00edvida en el libro del profeta Jerem\u00edas. A pesar de la desobediencia de Israel, Dios pronunci\u00f3 palabras de restauraci\u00f3n y reafirm\u00f3 Su compromiso con la casa de Israel y la casa de Jud\u00e1, prometiendo establecer una nueva alianza con ellas (Jerem\u00edas 31:31). Este pacto no ten\u00eda que ver con la tierra o el linaje; significaba una transformaci\u00f3n interior, en la que las leyes de Dios se escribir\u00edan en sus corazones. Era un anticipo de la salvaci\u00f3n a\u00fan por revelar.<\/p>\n\n\n\n

La perspectiva hist\u00f3rica presenta una imagen clara del pueblo jud\u00edo como naci\u00f3n elegida por Dios, como demuestran los diversos pactos realizados. Comenzando con Abraham, continuando con Mois\u00e9s y extendi\u00e9ndose a lo largo del periodo de los Profetas, la relaci\u00f3n de Dios con el pueblo jud\u00edo fue \u00fanica, enraizada en la gracia y el compromiso divino. Su condici\u00f3n de elegidos no se deb\u00eda a sus m\u00e9ritos, sino al amor incondicional y a la fidelidad de Dios. A lo largo de los altibajos de su historia nacional, la fidelidad de Dios sigui\u00f3 siendo la constante inquebrantable.<\/p>\n\n\n\n

\n\t\n\t\tPerspectivas del Nuevo Testamento: La Iglesia e Israel<\/span>\n\t<\/span>\n<\/h2>\n\n\n\n

La lente a trav\u00e9s de la cual contemplamos la relaci\u00f3n entre la Iglesia e Israel debe ser necesariamente la del Nuevo Testamento. Este corpus de Escrituras nos presenta a Jesucristo, el Mes\u00edas largamente esperado, que cumple las promesas hechas al pueblo jud\u00edo.<\/p>\n\n\n\n

En los albores del Nuevo Testamento, nos encontramos con Jes\u00fas, nacido bajo la ley jud\u00eda, cumpliendo la profec\u00eda del Mes\u00edas venidero (G\u00e1latas 4:4). Su mensaje, dirigido inicialmente a las ovejas perdidas de Israel (Mateo 15:24), se ampli\u00f3 m\u00e1s tarde para abarcar a todas las naciones mediante la Gran Comisi\u00f3n (Mateo 28:19). La misi\u00f3n de Jes\u00fas no anula la relaci\u00f3n de Dios con Israel, sino que ampl\u00eda la gracia de Dios a todos los pueblos.<\/p>\n\n\n\n

Pablo, el ap\u00f3stol de los gentiles, profundiza a\u00fan m\u00e1s en nuestra comprensi\u00f3n de esta gracia ampliada. Utiliza la met\u00e1fora de un olivo para describir al pueblo de Dios. Mientras que algunas de las ramas naturales (jud\u00edos) fueron desgajadas debido a la incredulidad, las ramas silvestres (gentiles) han sido injertadas (Romanos 11:17-24). Es una imagen de inclusi\u00f3n y expansi\u00f3n, no de sustituci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

Pablo tambi\u00e9n proporciona una firme afirmaci\u00f3n sobre la fidelidad inmutable de Dios a Israel. Afirma inequ\u00edvocamente que Dios no ha rechazado a Su pueblo y habla de un misterio: un endurecimiento parcial ha sobrevenido a Israel hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (Romanos 11:25-26). Esto sugiere una futura restauraci\u00f3n de Israel, de acuerdo con la fidelidad de Dios a Sus promesas.<\/p>\n\n\n\n

Al final de la narraci\u00f3n b\u00edblica, el libro del Apocalipsis da vislumbres de un futuro que incluye tanto a Israel como a la Iglesia. Menciona a los 144.000 de las tribus de Israel, sellados por Dios, junto a una gran multitud de toda naci\u00f3n, tribu, pueblo y lengua de pie ante el trono (Apocalipsis 7:4-9). Esto vislumbra un futuro en el que tanto Israel como la Iglesia ocupan un lugar en el plan eterno de Dios.<\/p>\n\n\n\n

La perspectiva del Nuevo Testamento reafirma al pueblo jud\u00edo como elegido de Dios, pero tambi\u00e9n ampl\u00eda el alcance de la gracia de Dios para incluir a todo el pueblo por medio de Jesucristo. Jes\u00fas, el Mes\u00edas prometido, y las ense\u00f1anzas de Pablo subrayan esta inclusi\u00f3n sin negar la fidelidad de Dios a Israel. La met\u00e1fora paulina del olivo en Romanos dilucida la idea de inclusi\u00f3n y expansi\u00f3n, m\u00e1s que de sustituci\u00f3n. Su afirmaci\u00f3n de que Dios no rechaza a Israel y la revelaci\u00f3n de una futura restauraci\u00f3n demuestran adem\u00e1s el firme compromiso de Dios con Sus promesas. Por \u00faltimo, la visi\u00f3n apocal\u00edptica del Apocalipsis retrata un futuro en el que el plan de Dios abarca tanto a Israel como a la Iglesia.<\/p>\n\n\n\n

\n\t\n\t\tLa Alianza Eterna: Una comprensi\u00f3n en continuidad y cumplimiento<\/span>\n\t<\/span>\n<\/h2>\n\n\n\n

En la gran narraci\u00f3n de la Biblia destaca un tema: la alianza que Dios establece con Su pueblo. Este v\u00ednculo, formado primero con Abraham, transmitido a trav\u00e9s de Mois\u00e9s y anticipado en los profetas, encuentra su cumplimiento definitivo en Jesucristo, estableciendo un pacto eterno.<\/p>\n\n\n\n

Cuando examinamos el Pacto Abrah\u00e1mico, vemos la promesa de Dios de hacer de Abraham una gran naci\u00f3n y de que, a trav\u00e9s de su descendencia, ser\u00edan bendecidas todas las naciones de la tierra (G\u00e9nesis 12:1-3). Esta promesa se extiende a trav\u00e9s de Isaac y Jacob, y es heredada por toda la naci\u00f3n jud\u00eda. No se deja de lado, sino que contin\u00faa en la era del Nuevo Testamento.<\/p>\n\n\n\n

Esta continuidad es evidente en la vida y el ministerio de Jesucristo. Jes\u00fas, nacido jud\u00edo, es el cumplimiento de las profec\u00edas mesi\u00e1nicas y la encarnaci\u00f3n de la bendici\u00f3n prometida a todas las naciones. Mediante Su muerte sacrificial y Su resurrecci\u00f3n, se convierte en el mediador de un nuevo pacto (Hebreos 9:15), que, en lugar de sustituir al antiguo, lo cumple, como declara durante la \u00daltima Cena (Mateo 26:28).<\/p>\n\n\n\n

Este nuevo pacto a trav\u00e9s de Cristo extiende la promesa de la bendici\u00f3n y la relaci\u00f3n de Dios a todas las personas, independientemente de su linaje o nacionalidad. De este modo, tanto jud\u00edos como gentiles son injertados en el olivo, pasando a formar parte del pueblo elegido de Dios mediante la fe en Cristo (Romanos 11:17-24). Esta inclusi\u00f3n no niega el car\u00e1cter distintivo del pueblo jud\u00edo como elegido de Dios, sino que subraya la gracia expansiva de Dios.<\/p>\n\n\n\n

El ap\u00f3stol Pablo expresa este profundo misterio afirmando que todo Israel se salvar\u00e1 (Romanos 11:26), no porque sea intr\u00ednsecamente superior, sino porque Dios es fiel a Su alianza. Esta salvaci\u00f3n no est\u00e1 separada de Cristo, sino a trav\u00e9s de \u00c9l, pues es \u00c9l quien realiza la obra de reconciliaci\u00f3n y redenci\u00f3n tanto para jud\u00edos como para gentiles.<\/p>\n\n\n\n

El pacto eterno que Dios establece con Su pueblo permite comprender la continuidad y el cumplimiento desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. La promesa de Dios a Abraham se prolonga a trav\u00e9s de Jesucristo, que cumple este pacto y lo extiende a todo el pueblo. El pueblo jud\u00edo mantiene su posici\u00f3n \u00fanica como elegido de Dios, pero el nuevo pacto a trav\u00e9s de Cristo abre esta relaci\u00f3n a todos, jud\u00edos y gentiles por igual. La salvaci\u00f3n global expresada en el Nuevo Testamento no sustituye a la promesa de Dios a Israel, sino que subraya la amplitud de la gracia de Dios. Por \u00faltimo, la seguridad de la salvaci\u00f3n para todo Israel refuerza la fidelidad de Dios a Sus promesas del pacto, demostrando la profundidad de Su car\u00e1cter inmutable.<\/p>\n\n\n\n

\n\t\n\t\tNavegar por el tapiz de la fe<\/span>\n\t<\/span>\n<\/h2>\n\n\n\n

Nuestro camino de fe requiere una mirada perspicaz al rico tapiz de la Palabra de Dios, observando los vibrantes hilos de la promesa, el cumplimiento y la fidelidad inmutable. La narraci\u00f3n del pueblo elegido de Dios, la naci\u00f3n jud\u00eda, y la gracia ampliada ofrecida a todos a trav\u00e9s de Jesucristo proporciona un contorno distintivo en este tapiz. El papel del pueblo jud\u00edo como pueblo elegido de Dios y la expansi\u00f3n de la alianza de Dios a todas las naciones a trav\u00e9s de Cristo subrayan la profundidad y la diversidad de nuestra fe cristiana. <\/p>\n\n\n\n

Mientras reflexionas sobre este tema, aqu\u00ed tienes tres preguntas a considerar:<\/strong><\/p>\n\n\n\n

    \n
  • \u00bfC\u00f3mo enriquece tu perspectiva del car\u00e1cter de Dios y de Sus promesas la comprensi\u00f3n del pueblo jud\u00edo como pueblo elegido de Dios?<\/li>\n\n\n\n
  • \u00bfC\u00f3mo afecta el concepto de un pacto ampliado a trav\u00e9s de Cristo a tu comprensi\u00f3n de tu propio lugar dentro del pueblo elegido de Dios?<\/li>\n\n\n\n
  • \u00bfC\u00f3mo influye la continuidad de la promesa de Dios desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento en tu visi\u00f3n de la fidelidad de Dios?<\/li>\n<\/ul>\n\n\n\n

    Que esta comprensi\u00f3n te inspire, fortalezca tu fe y amplifique tu asombro ante el intrincado plan de Dios, magistralmente tejido a trav\u00e9s del tiempo. El hilo perdurable de Sus promesas, cumplidas en Cristo, sirve como testamento de Su inquebrantable fidelidad, iluminando nuestro camino mientras navegamos por las m\u00faltiples maravillas de nuestra fe cristiana.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\u00bfHa sustituido la fe cristiana al juda\u00edsmo, o sigue ocupando el pueblo jud\u00edo una posici\u00f3n \u00fanica a los ojos de Dios? \u00bfC\u00f3mo se relacionan las ense\u00f1anzas del Nuevo Testamento con las promesas del Antiguo Testamento hechas a Israel?\n","protected":false},"author":1,"featured_media":1929,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[45],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1417"}],"collection":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1417"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1417\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":2801,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1417\/revisions\/2801"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/1929"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1417"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1417"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/es.solussanctus.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1417"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}